Al fin y al cabo, no dejás paz sin turbar.
Venís sin remolque a parir signos de preguntas.
Te das mania para nada pero lucís tu mejor habilidad con una gambeta para diván.
Me zumba en el oído la ausencia de tu voz.
Escucho a ese silencio como a pocas cosas.
A veces tengo la certeza: ahí está mi razón de ser.
El café ya se enfrió y afuera está desbordado de otoño.
Quisiera salir para descifrar la ciudad… pero hay tantos otros enigmas.
El agua queda en las nubes y se niega a apagar este collage que se incendió con el cigarrillo.
Hay humo en la casa y se me ahoga el pensamiento.
El final de American Beauty. Fragmentos de Festen. Unas palabras del Borges que nunca leí con tanta atención como en esa frase sobre el olvido.
El arte es un oasis y salva cuando venís con ese afán de no dejar paz sin turbar.